Juan Altamiras en Alfamén

Historia de una repoblación

Los musulmanes conquistaron la Península Ibérica a partir del año 711, extendiéndose y poblando su territorio. Alfamén debió ser uno de los elegidos como emplazamiento por los mahometanos, que ocuparon otros pueblos del Valle del Ebro y de las riberas del Huerva y Jalón. Fue tan decisiva su presencia que incluso el nombre Alfamén deriva de la lengua árabe. Significa “fuente o baño termal”. Seguro que fue bautizado así debido a la abundancia de pozos o la existencia de aguas termales, de los que todavía quedan ejemplos por todo el término.

Alfonso el Batallador, en el año 1120, reconquistó las zonas del Huerva y Jalón, con lo que consiguió ampliar los límites del Reino de Aragón al sur del Ebro. Alfamén se convirtió en un enclave bajo dominio cristiano pero poblado por musulmanes.

Residieron en el pueblo durante siglos, hasta que en 1610 fueron expulsados de todas las ciudades y pueblos aragoneses. En aquel año abandonaron Alfamén la práctica totalidad de sus habitantes debido a la intolerancia religiosa. Al salir de su pueblo, los expulsados perdieron sus casas y propiedades, con lo que Alfamén conoció un trágico episodio de despoblamiento y abandono de las tierras.

La población de Alfamén ha sufrido grandes altibajos a lo largo de su historia. Hace quinientos años vivían en el pueblo 38 familias, no más de 200 habitantes, todos ellos musulmanes. Desde ese momento, la población fue creciendo hasta el momento de su expulsión, con el desalojo de 124 casas, unas 600 personas. Así quedó el pueblo absolutamente despoblado.

A partir de 1610 tiene lugar la repoblación del pueblo propiciada por el Marqués de Camarasa, dueño y señor de muchas poblaciones aragonesas. Desde entonces comienzan a ocuparse las casas del pueblo, ya con habitantes cristianos. Esos repobladores son nuestros antepasados directos y su huella se prolongan hasta nuestros días. Parte del trazado urbano, la iglesia y las tradiciones culturales de Alfamén son muestra del trabajo y señas de identidad de sus repobladores directos.

La huella musulmana

Es hoy patente en el trazo de algunas de las callejuelas del pueblo, las más estrechas y quebradas. También es testimonio del pasado musulmán el nombre del pueblo. Pero uno de los testimonios más sobresalientes de esta tradición musulmana es el trabajo del vidrio, en el que aquella población era especialmente diestra. La Casa de oficios, dedicada a las manufacturas del vidrio, es otra de las herencias de aquella gente que habitó Alfamén durante siglos.

Alfamén, el pueblo de los murales

Dicen que Alfamén es el pueblo aragonés con más murales por habitante. Este pequeño pueblo del Campo de Cariñena ha sido protagonista de cuatro ediciones del Festival Internacional de Arte Urbano Asalto.

Asalto en Alfamén es un proyecto de intervención artística en el medio rural planteado como fruto de una semana de convivencia entre artistas que facilite la conexión entre el pueblo, sus habitantes y sus espacios. Cada artista participante desarrolla su trabajo en las calles del pueblo, basado en la historia, la cultura y la interacción con los vecinos. Las calles y fachadas de Alfamén se convierten en un inmenso lienzo donde encontramos obras de arte urbano, de grandes dimensiones, realizadas en los últimos años por artistas tan destacados como Susana Blasco, Hugo Casanova, Perrine Honoré, Mohamed L’Ghacham, Francisco Maturana, Joan Tarragó, Reskate, Colectivo Licuado, Nicolás Alfalfa, Koctel, Animalitoland, Isaac Mahow, Cristian Blanxer, Roc Blackblock, Elisa Capdevila, Sojo, Anna Taratiel y Zësar Bahamonte.

Un proyecto innovador, organizado por Asalto Proyectos Culturales para el Ayuntamiento de Alfamén, en el medio rural, con empatía, que destaca por su calidad y sorprendentes planteamientos. www.asalto.org